
Miércoles y jueves pasado, sendos bolos. Sensaciones muy nuevas. Todo el repertorio en castellano nos ayuda a pensar que está pasando, que avanzamos. Algo de cansancio, mucha fiesta, mucho wisky, mucho yate. Y hay que ver lo que le molan las chapas a la peña, vamos a tener que hacer más. La música, en cambio, entra cada vez por un canal distinto. Todos tienen su propia cara en su propia canción con su propio mundo. Eso es lo que hace presioso cantar. No se sabe qué pasa, las canciones no son del que las escribe (¿dijo Perales?).
Permanecemos mitad impasibles a las vicisitudes, que muchas son, y nos miramos. Que conste, nos miramos a nosotros mismos. Con la fascinación del que ve algo más.
Mírame, se ve el presente. Está pasando.