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Una parte de mi siempre ha permanecido ajena a las cuestiones de mercado, si exceptuamos el tema opas que me excita sobremanera. La otra parte de mi se ha ido asomando eventualmente a las actitudes mercantilísticas sientiendo la mayoría de veces repugnancia por saberse afín a ese parámetro a menudo tan cercano a la subordinación de lo artístico con respecto a lo vendible. Por una vez, y el gusto que da eso, las dos partes se han puesto de acuerdo en que las chapas representan la armonía entre los dos mundos, la publicidad y el arte. También hay quien piensa que ni las chapas son publicidad ni lo nuestro es arte. Eso es porque no han llevado esta maravilla en la solapa o no han escuchado nuestro última canción "sigo esperando".
Ya hay chapas de
depop, y ello
me hace muy feliz (a Birraboy también, eh, pero procuro no hablar por él y así, larga vida a nuestra unión y si dice lo contrario le arranco la cabeza desde el más profundo de los respetos). Ahora el reto es no dejarnos llevar por la euforia y evitar el abandono de la música en favor del diseño de chapas.