13 marzo 2009

Mientras todos hablan (él dice)

Los discos buenos son los que en la primera escucha te desorientan. Incluso te molestan. Pero sobretodo te provocan una necesidad de entender lo que está pasando. Crees que no te gusta, o no sabes muy bien si te debe o no te debe gustar. Pero hay una cosa clara... No te dejan indiferente. Necesitas repetir para saber si eres tú o es él. Y por supuesto, eres tú. Porque él es el mismo una y otra vez. Por más que lo escuches. Pero tú no. Sutilmente te empieza a afectar y poco a poco lo empiezas a disfrutar. Quizás no lo entiendes, pero ¿qué más da? Te das cuenta de que te gusta de verdad. Y al final acaba siendo uno de esos discos que NECESITAS porque ya forma parte de ti. Dicha esta mierda, celebro que te dejará pallá y ahora te parezca genial, porque significa que este puede ser uno de esos discos. Un disco obligado en toda "discoteca" (no sala de baile, sino archivo de discos) personal. Por cierto, que tal por Mallorca?

1 comentario:

Anónimo dijo...

Wau!
Me adhiero...