Dos niños

Más buenos que guapos. Y qué guapos. Sin soberbia... Con todo el amor que en dos almas vagando puede haber. Dos velas. Que no se apagan, que no iluminan nada que no van a ningún lado que no son más que dos velas. Con la única pretensión de ser. SER. Empapados por la ausencia, empapados por la lluvia. Cada uno con su mano en su amor. A su manera. Con tanta fuerza. Sólo el amor resistirá, sólo el amor hará que no se muera esa guitarra. Esa voces, esa eterna compañía, ese eterno oficio, esos pequeños duendes trabajando en la zapatería del viejo cansado. Medio muerto. Se cruzan nuestras miradas y siempre sonreimos... aún con el corazón roto... por amor..