Deja de comparar. Que te pidieran que te dejaran en paz es lo mejor que te ha pasado en tu vida. No debe sufrir. No quiero volverte a ver sufrir... ¿y si acaba la tristeza de qué vamos a cantar?
ya buscaremos la inspiración en la alegría.
Nada, sigo sin soportarte. Pero cuidas tus chaquetas y compras bien. Unidos en el esnobismo, juntos en el viaje. Seguiré sin cojerte jamás el teléfono, Joe.
Joe, sabes que yo te seguiré aunque te pierdas por el mal camino.
Siempre que me encuentro con Jesús acabo en la peluquería. Sidonie. Invocarlos es verlos. Y conocerlos es verlos en todas partes. Es agradable, esotérico, mirar sus ojos huidizos, completamente perdidos en su desmemoria. Abriga su sol, su sinceridad me da igual. Siempre soy yo en él y siempre extraemos improvisados kilómetros de amor reciente y fresco mientras ambos tratamos de recordar cuándo fue la última vez, cuándo la primera y qué sentido tiene todo esto. Pero hay algo más y nunca se nos olvida decirlo. Hay algo más. Luego camina esbelto introduciendose en su mundo de voraz psicodélia y me olvida para siempre hasta la próxima vez.